27/10/11

TESOROS ESCONDIDOS



Siguiendo el rastro de películas a las que se les ha perdido la pista, de las cuales no existen copias o éstas permanecen ocultas y posiblemente olvidadas en cualquier rincón de un almacén o de un domicilio cualquiera. Y así, continuamos a la espera de que la maravilla vea nuevamente la luz; que la mariposa abandone su celda y alce el vuelo...



LA VISPA TERESA  (La vivaracha Teresa, 1939)



     Se trata de un cortometraje en parte basado en quizás la más popular canción de cuna italiana (también conocida como La farfalleta), del escritor italiano Luigi Sailer (1825 - 1885).
     Una de las principales particularidades de este corto en B/N y de escasos 7 minutos sería el que casi inaugura las carreras cinematográficas de Roberto Rossellini en la dirección y de un veinteañero Mario Bava, en esta ocasión al cargo de la fotografía.
     La película es una suerte de fábula o de cuento de hadas sobre el medio animal. Rossellini es el director realista por excelencia, sí, pero también por algo ha sido llamado "el mago de lo real".  Lamentablemente, parece no haber sobrevivido ninguna copia de La Vispa Teresa, como ocurre con la mayoría de los primeros cortos que filmó el maestro italiano a finales de los años treinta.
     En este punto, deseo agradecer al blog Cinemasparagus y a Craig, su coordinador, la publicación tanto de buena parte del texto como de los fotogramas que lo acompañan. Me han servido de gran ayuda para realizar el resumen argumental del presente corto, que expongo a continuación.

     Aunque existen especies de insectos -p. ej. todos los del género Carabus (Coleoptera; Carabidae)- que sobreviven alimentándose casi exclusivamente de caracoles y babosas, en La Vispa Teresa ambas comunidades, insectos y gasterópodos, parecen convivir en estrecha y pacífica relación.


     Una niña, un ser humano, ha invadido el terreno de ambos y acaba de capturar una mariposa, sujetándola por las alas.










     Entonces, todo tipo de escarabajos se movilizan haciendo correr la voz sobre este hecho. De cada escondido rincón del bosque llegan refuerzos para ayudar a la mariposa.
     Al bajar Rossellini a este nivel de microcosmos, la velocidad también parece disminuir, ilustrando la elástica pero proporcional relación entre espacio y tiempo; como si esta ralentización, este hecho de hacer una pausa para ampliar, pudiera por sí mismo acelerar una armonía para todos los seres.
     Finalmente, los blancos zapatos de la niña se llenan de insectos quienes, sin embargo, permanecen casi inmóviles en ellos. El resultado es la más maravillosa y surrealista secuencia  que Rossellini haya filmado jamás. El propio realizador lo puntualiza al finalizar su narración: "... Ninguno se atreve a aventurarse en las piernas de la muchacha. Su cálida piel blanca les repugna a todos ellos".

















      Por último, añadir que el único comentario a esta entrada del blog en su momento  fue (maravilla de maravillas) el de la mismísima protagonista del corto, Adriana Pozzi. Después de saludar y agradecer emocionada su publicación, termina diciendo: "... De hecho, cuando Rossellini me explicó cómo sería el corto yo me negué definitivamente a tener a esos bichos trepando sobre mis zapatos y él me prometió que podría utilizar mis zapatos... sin mis pies".
     Sin duda debemos hallarnos ante una pequeña joya del cine. Ojalá en un futuro próximo algún festival cinematográfico, por poner un ejemplo, la rescate como gran primicia de esa edición para engrosar la lista del mejor celuloide recuperado.









No hay comentarios:

Publicar un comentario